La gerente de Responsabilidad Corporativa de Telefónica, Esther Trujillo, considera la ética como "el único suelo estable sobre el que es posible construir una reputación estable en las empresas", recordando que el origen etimológico de la palabra "responsabilidad" significa, simplemente "responder", y las empresas "no pueden permitirse no responder antes sus clientes, accionistas, trabajadores y grupos de interés en general". Durante la primera de las jornadas del I Congreso Internacional de Comunicación Corporativa que se celebra estos días en Salamanca de la mano la Universidad Pontificia, Trujillo hizo alusión a una frase del escritor José Ortega y Gasset: "responder significa no perder nunca la capacidad de respuesta". Además de responder ante sus "stakeholders", la empresa tiene que responder también ante los retos de la sociedad: retos como la pobreza, la explotación infantil, el acceso al agua, la pandemia del sida y todos los problemas derivados de la globalización y la desigualdad. El reto, afirmó, es que a las empresas se les considere ciudadano corporativo y no "el malo de la película" siempre. Para alcanzar esta situación, Trujillo señaló que Telefónica ha definido una visión, luego una misión y un cálculo de los medios con los que cuenta para llevarla a cabo, cómo se gestiona y se gobierna, etc, con el fin de crear una política exportable a todos los países en los que opera la compañía, y sobre todo, herramientas para comprobar que funcionan. La clave, a su juicio, es "descubrir cómo se puede ser parte de la solución" e inyectar a la economía de un valor social, para convertir a las empresas en un motor de progreso, no solo tecnológico o económico, sino también social y de igualdad de oportunidades.
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